No pudiste irte a tu casa
o es que es éste tu destino
cuando el estado de alarma
te dejó contigo mismo.
A solas con ese ser
al que conoces de vista
pues lo ves en el espejo
de pasada cada día.
Y puede que con las prisas
de la vida que vivimos
no has tenido la ocasión
para poder descubrirlo.
Descubrir sus sentimientos,
sus anhelos y sus miedos
y también todo el tesoro
que acumula en sus adentros.
Esos recursos tan tuyos
que tal vez ni tú conoces
y que, vistos en los otros,
parecerían mejores.
Y así te llegó la hora
de empezar tu expedición
a ese cercano lugar,
o lejano, tu interior.
Oscuridad inicial,
algo asoma en tus paredes,
es tu luz la que te enseña
que son tus obras rupestres.
Sigue yendo más profundo
y darás con el tesoro
que en tu núcleo se esconde
y su dueño eres tú solo.
Permítete sorprenderte
y también hasta asustarte,
piensa lo que harás con él
cuando todo esto se pase.
Puede ser éste el momento
de acabar por descubrirlo,
tú que te has quedado en casa
a solas contigo mismo.
Foto inferior: Ángel Cabezón