Símbolo de nuestras calles,
sentimiento y tradición,
silencio de duelo roto
por la fuerza del tambor.
Abre paso a los acordes
de trompeta que planean
llegando a cada rincón
y, poco a poco, penetran
despertando sensaciones
en nuestra casa interior
que llevaban en letargo
desde el periodo anterior.
Entra en los cuartos oscuros
del alma la procesión
cuando la ciudad se tiñe
del color de la pasión.
Cada uno a su manera,
con más dolor o más gloria,
recordando el sacrificio
que cambiaría la historia.
Y la historia del idioma
nos ha dejado un refrán,
“la procesión va por dentro”,
es la hora de meditar
cuál es su significado,
cómo hago mi procesión
en este momento histórico
en que todo es interior.
Los instrumentos ya suenan,
las velas también dan luz,
la procesión va por dentro,
sólo falta que entres tú.