033F.Emiliano ArmenterosCuando la pelota es roja
su dueño la deja suelta,
pasa, centra, cuelga, tira
disfrutando por la hierba.

Cuando el balón es rival
vuelve a unirse a su gemela
y, fiel a la disciplina,
se dedica a la defensa.

Otra vez la bola es nuestra,
vuelve a adquirir vida propia,
y progresa agudizando
el olfato de pelota.

Ella es nuestra pierna izquierda,
siniestra para el rival,
que, desde media distancia,
suelta su golpe letal.

(Dedicado a Emiliano Armenteros)