Paso una vida entre curvas,
las de oferta y de demanda,
luego vivo en otra vida
cuando acaba mi jornada.

Pero el destino ha fundido
todas las vidas en una
y todos nos encontramos
en vilo por una curva.

Es la curva de contagios
por la que toca pasar,
no sabemos su largura
ni grados que hay que virar,

lo irregular del terreno,
su pendiente y desnivel,
pero lo que sí hemos visto
es su enorme terraplén.

Curva para la que nadie
estaba muy preparado
y no vimos la señal,
entramos acelerando.

Hemos frenado de golpe,
hemos perdido el control
y tenemos la esperanza
en su punto de inflexión.

Hoy parece que ha llegado,
mañana parece que no,
queremos frenar la curva,
que cambie su inclinación.

Todo lo que sube baja
y esta curva bajará
y bajaremos por ella,
volveremos a abrazar

la vida sin los contagios,
la vida en horizontal
pero con todas sus curvas,
es vida, es lo natural.