La vida no sería vida
si no existiera la muerte,
como el dolor y la dicha,
la fortuna y la mala suerte.

Son opuestos pero son
las caras de una moneda,
aceptar una de las dos
requiere aceptar la opuesta.

Las dos van a convivir
mas siempre llega el momento
en que una prevalece
y la otra pierde peso.

Y esa convivencia, a veces,
más de las que nos gustaría
tiene lugar en el centro
de la esencia femenina.

Ese templo de pureza
donde se amamantan vidas,
ese manantial de amor
que no merma ni marchita

que con el tiempo es más fértil,
purifica y da la vida,
también sirve de vivero
de amenazantes semillas.

Será otro nuevo episodio
de convivencia de opuestos,
el amor y la amenaza,
la esperanza junto al miedo.

Sentirás tu desnudez
y el frío sobre tu cuerpo
pero déjate sentir
el calor que tienes dentro.

Esa fuente inagotable
de amor, ternura y consuelo,
de esperanza, paz y gloria,
ese anticipo del cielo

posee toda la fuerza
para hacer que pierda peso
después de caminar juntas
el mal y se vaya lejos.

Siente tu desnudez
no te resistas a ella,
pero vuelve a tu interior,
manantial de amor y fuerza.