Como piedras en mosaico,
como estrellas en acción
que en conjunto hacen que brille
toda la constelación.
Haciendo soplar el viento
en tonos muy diferentes,
percusiones de tambor
o de bombo contundente.
Siempre poniendo el talento
al servicio del conjunto,
con voces muy diferentes
pero el ritmo sólo es uno
porque el director aúna
las virtudes de sus miembros
combinando habilidades
y dando conocimientos.
Sacrifican muchos planes
y momentos familiares
por amenizar las fiestas
y actuaciones culturales.
Seguro que les compensa
no sólo por el placer
de hacer algo que es bonito
y al mismo tiempo aprender
mas también el trofeo
que reciben de la gente
cuando al recorrer las calles
ven sus rostros sonrientes.
Porque no hay mayor regalo
que una sonrisa sincera
igual que sincera es
la tan merecida deuda
que la banda de Lerín
tiene con Pablo Gallego
y siempre lo reconoce
con su gesto más sincero.
Sólo puedo decir gracias
por regalar vuestro tiempo,
regalando esos acordes
a vuestro querido pueblo.