Ver una estrella fugaz
de aventura por el cielo,
cerrar ojos y abrir alma
para pedir un deseo.
No sólo algo tan lejano
y brillante es tu talismán,
los guardas en un cajón
y en todos sitios están.
Una estampa o un retrato,
la joya de un familiar,
un regalo que quizás
nunca quieras estrenar,
Un amigo al que no ves,
una frase, una canción,
cualquier cosa en la que piensas
y que te calma el dolor.
Tal vez no tenga poder
para cambiar el destino,
pero sí para cambiar,
que es el único objetivo.
Y cambia dentro de ti
estados de desahogo
que convertirá en quietud,
en apacible reposo.
Hipnotiza la ansiedad,
adormecerá los miedos,
consigue que brote bruma
en mar de desasosiego.
Y después de transiciones
de nostalgia y de morriña,
de anhelos y de añoranzas
plenas de melancolía
te devuelve la ilusión
o al menos te trae paz,
por algo es algo tan tuyo,
por algo es tu talismán.