Tus hijos siempre requieren
que saques todas tus fuerzas
y en momentos como éste
lo mismo pero sin treguas.
Bailar, cantar, disfrazar
las dudas y el pesimismo,
bucear en su mirada
y flotar en optimismo.
Tumbado sobre la cama
sin fuerzas ni para abrir
las sábanas y las mantas
para meterme a dormir.
Y cuando se cuela el sol
ya no existe ni el recuerdo
del estado de derrota
en que se apagó mi cuerpo.
Puedes creerte incapaz
para inventar algo nuevo
que les permita volver
a disfrutar con el juego.
Puedes creerte incapaz
pero enseguida lo inventas
cada vez que te levantas
de la derrota y lo intentas.
Es tal vez porque el amor
que tienes todo lo vence
o tal vez es su ilusión
ésa que todo lo puede.
Inventas juegos, comidas,
historias y personajes,
de debajo de las piedras
siempre surge un nuevo traje
que con tu ilusión combina
y un toque de fantasía
y si acabas por el suelo
es mayor la algarabía.
“Está todo inventado”, pienso
cuando mi escoba de bruja
golpea con la pared
y mi zona blanda estruja.
Por eso las brujas llevan
la escoba entre sus dos piernas
y los brujos hacen pócimas
con sapos, ranas y hierbas.
Mas cuando me recompongo
y algo retorno a intentar
vuelvo a acariciar la gloria
de ser capaz de inventar.