Tal vez eran navideñas
y entraron en un letargo
para alegrarnos el día
en este final de marzo.

Para poner su granito
de nieve a la cuarentena,
haciéndonosla más leve,
haciéndola más amena.

Al final nuestros sentidos
son un juego de contrastes,
me siento más acompañado
cuanto más solo estuve antes.

Y así cuando me deleito
con nieve tras el cristal
suben en casa los grados,
siento más calor de hogar.

Puede ser invitación
para sentarnos más cerca,
para hacer algún bizcocho
o encender la chimenea.

Nadie lo planeó así
pero ahora estamos juntos,
juguemos a crear algo
como el fuego crea el humo.

Viendo cómo se derrite
la nieve primaveral,
lo que hoy juntos creemos
tampoco permanecerá.

Mas nos alegrará un rato
como esta nieve matinal
que ha despertado sonrisas
trayendo calor de hogar.