Hay quien logra simular
que está sacando animales,
que se halla haciendo la compra
o trabaja en hospitales.

Para salir del encierro
y respirar aire fresco,
incumpliendo así las normas
y desoyendo consejos.

Un país de picaresca
como cuenta el Lazarillo,
Buscón, Guzmán de Alfarache,
Rinconete y Cortadillo.

Siempre nos ha hecho gracia
y hasta hemos aplaudido
quien sabe burlar la norma
y hasta los llamamos listos.

Mas quien se encuentra encerrado
sabe que su propio encierro
puede ser mucho más largo
cuanta más gente haga eso.

Este cambio en nuestras vidas
que el virus está trayendo
tal vez cambie la cultura
sobre este tipo de hechos.

Y valoremos las normas
y la ley que ha sido escrita
siempre para el bien común
que debe estar por encima

de todos bienes privados,
que siempre son egoístas,
no hay que interpretar la ley,
hay que cumplir lo que dicta.

Tal vez cambie la cultura
y ya no llamemos listos
a quien usa su cerebro
para encontrar subterfugios

que esquiven el bien común
y sólo busquen el propio
pues la solidaridad
no conoce atajos cortos.