Leí una vez que un maestro
advertía a su discípulo,
antes de que éste partiera
hacia algún lugar del mundo
de que no habría viajado
sólo por cambiar de espacio
ya que un viaje sólo es viaje
si te logra cambiar algo.
Este viaje a nuestra casa,
este viaje al interior,
por lo que yo observo en mí
y llega del exterior,
tal vez sí que sea un viaje
y lo sea de verdad
pues tal vez nos está haciendo
pensar más en los demás.
Tantos agradecimientos
a aquellos que más nos cuidan,
que nos venden alimento
y por los que les secundan
con las tareas logísticas,
siempre en riesgo de contagio,
y quien vela por el orden
con las leyes en la mano.
Y los otros colectivos
y todos los individuos
en quien tú hayas pensado
en esta lista yo incluyo.
Alguien dijo que este viaje
le hace pensar en los presos
pues el sentirse encerrado
le ha llevado a su pellejo,
le ha hecho imaginar sus días,
sus esperanzas, sus miedos,
sus llantos y sus sonrisas,
sus visitas, sus anhelos.
Sensación de paradoja,
verme en viaje sin salir,
cuanto más pienso en los otros
más me cambia el viaje a mí.