Sólo quedan cuatro especies
en lucha por la corona
y entre las cuatro elegidas
se encuentran nuestras leonas
que saltarán a la cancha
a exhibir su contundencia
en el saque, en el bloqueo,
en remate y en defensa.
Y si todas esas armas
se quedan insuficientes
se intercambiarán miradas
y se enseñarán los dientes
y se escuchará un rugido
que agitará el pabellón
para avisar que el espíritu
de leona entró en acción.
Y demostrarán a Europa
que son de una especie animal
nacida para competir,
nacida para dominar.