El destino no se elige,
la vida es quien te lo trae
y a menudo nos sorprende
sin hacer el equipaje.

Pero puedes elegir
sentirlo como un ultraje
o aceptarlo e intentar
ser feliz en ese viaje.

Los amigos no se eligen,
la vida te los regala
y tú eliges la manera
en que aceptas su llegada.

Yo no elegí este destino
ni tampoco a mis amigos
pero agradezco a la vida
que los puso en mi camino.

El destino es quien enseña
a crecer con cada paso
y los amigos me dan
la energía para darlos.

Yo te digo a ti, mi amiga,
que compartes mi andadura,
si hubiera podido elegirte
te elegiría sin duda.