Hace más de veinte años
que ya no somos pareja
pero siento que aún estamos
en el frontón de la Peña.
La fuerza de mi raqueta
y mis sprints y estiradas
se doblaban de confianza
cuando a mi lado jugabas.
Te recordaré animándome
y cubriéndome la espalda
y cómo silbaba la S
cuando tú la pronunciabas.
Por eso cuando yo pase
por el frontón caminando
voy a detener mi paso
y, con mis ojos cerrados,
me pondré a escuchar el viento
hasta que lo oiga silbar
y me diga que, aunque falle,
tú la alcanzarás detrás.
(Dedicado a Imanol Pino Aramendía)