Cada vez que su señor
desatrancaba la puerta
que separa lo seguro
de aventuras nada ciertas
no dudaba ni un segundo
en unirse a la batalla
aun sabiendo lo difícil
que era lograr las hazañas.
Y tras pasar largos años
de caer y levantarse
ha aprendido que lo suyo
es liderar esas artes.
Su locura y su cordura
han ganado la confianza
de encabezar un proyecto
siendo quien lleve la lanza.
(Dedicado a Alberto Avellaneda)