De la costilla de Adán
emergió el cuerpo de Eva
y, por morder la manzana,
tuvo que marcharse fuera.
También Erika sufrió
en su costilla un castigo,
mientras se regeneraba
se salió del paraíso.
Pero pintó la manzana
de blanco, de rojo y verde
y la golpea hacia abajo
aplastando a la serpiente.
(Dedicado a Erika González)