Caminar hacia el peligro
y situarse de frente,
llegar a sentir su aliento
y su pálpito caliente.
Caminar hacia el peligro,
caminar hacia el azar
sabiendo que siempre hay algo
que no puedes controlar.
Y, tras pasar a su lado,
huir corriendo de él
sin que suceda un mal paso,
algo que le haga caer.
Peligrosísima danza
bailada junto a su gente
que, tensa, siente en su alma:
«qué huevos tienes, Tapete».
gracias javier,aunke no son buenos momentos,necesita el apoyo de todos.Un abrazo.
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