Salía tras el crepúsculo
como oveja sin rebaño,
me acogíais sin dudar
compartiendo vuestros pastos.
No llevabas el cencerro,
no recuerdo tus balidos,
pero en tu tierna sonrisa
me sentía protegido.
Hace lustros que el rebaño
dejó de estar tan estrecho
mas las huellas siguen juntas
si levantas los helechos.
Ahora has cruzado el río
en busca de nuevos parajes
que ninguno hemos pisado
y has emprendido tu viaje.
Que te alimente la tierra,
que el Sol te sirva de guía
y que encuentres cada noche
amigos que te sonrían.
Precioso Chavi. ……!