En una tarde de ausencias
nos fuimos a ver la playa
y el que lideraba el grupo
nos mostró una nueva cala.
Escribieron algo feo
con un silbato en la arena
que tardaría en borrarse
lo que dura una marea.
Nos vas mostrando tu ritmo
al ir soltando tu espuma,
te repliegas en resacas
y concentras tus burbujas
para armar la fuerte ola
que ayude a invadir la orilla
mientras sube la marea
en la parroquia rojilla.
Jo, Javi. Es un poema precioso. Cuando lo leíste en el programa de televisión me tocaste la fibra, pero ahora degustándolo despacito, me parece una delicia. Un bellísima metáfora. Un beso. Te quiero, hermano.