Eres guardián del castillo,
ves la lucha desde atrás,
nuestros soldados no llegan
y ellos vienen a atacar.
Empuñan sus fuertes lanzas
para derribar la puerta,
la que nos mantiene a salvo,
¡necesitamos tu fuerza!
La que sujeta tu escudo,
tu yelmo, maza y coraza,
que repelan cada golpe
que nuestra vida amenazan.