Hacer un quiebro en el centro
como resolviendo un quebrado,
pedir la bola en la banda
de sujeto a predicado.
Enseñar las cordilleras
rocosas como un central,
un río que se desplaza
veloz como un lateral.
Quien cierra sabe abrir,
quien sabe multiplicar
pronto aprende a dividir,
quien corta un balón con su bota
lo ha de distribuir.
Esa es la polivalencia,
en el fútbol y en la ciencia,
pizarra y césped requieren
de trabajo y de paciencia.
(Poema publicado en «Color Sangre» dedicado a Oier Sanjurjo en su doble faceta de futbolista y graduado en magisterio. Ánimo, campeón, que volverás a estar pronto defendiendo con orgullo nuestra camiseta)