Julio-Agosto 2014 115

La doncella cuyo amor
no estaba predestinado
para que fuera otorgado
a un particular galán.

La doncella cuyo amor
con pasión ha de entregar
a quien con gran valentía
lo haya sabido ganar.

Doncella que fue de muchos,
doncella que sabe amar
al que amó, aunque otro joven
llegue y la haga enamorar.

Y esta época del año
en que se hace de rogar
la primavera y sus encantos,
la tarde que dura más.

Esta época difusa
que pasa entre hielo y flor,
la doncella más que nunca
anhela entregar su amor.

Aguarda con su cariño
entre su ropa de noche
que aparezca un valeroso
y la saque de su torre.

Y allá llevándola en brazos
la contemple despacito,
sea tierno, sea suave,
sea fuerte y masculino.

Y llegado del desierto
un príncipe muy moreno
sobre un rojizo caballo
cabalga a trote ligero.

Sin apenas percatarse
ella se iba fijando
en sus ojos, en los gestos
de sus piernas y sus manos.

Cuando moría de pena
de que no la conquistaran,
en el último suspiro
de su vida agonizada

La penetró con sus ojos
tocando su corazón,
fue un jubiloso segundo,
eterno volcán, pasión.

Llegado desde el desierto
un príncipe muy moreno,
del imperio de los persas
llegó y se hizo su dueño.

 

Poema dedicado a Javad Nekounam por su gol contra el Girondins de Burdeos en Febrero de 2007 y publicado en el libro «Color Sangre». Bienvenido a tu casa, Neko.