Diciembre 2013 129

Buscó un sitio entre dos aguas
y, por la fe o el azar,
se convirtió en el profeta
rojo cuando se abrió el mar.

Con un toque de su gracia
convirtió en serpiente el báculo,
con otro toque de gracia
hizo cumplir el oráculo.

(Dedicado a Álvaro Cejudo)

Cejudo