El rival era muy duro,
mas no sabía el traidor
que aquella vez se enfrentaba
a un pequeño Cabezón.
Además no estaba solo
pues ardía la afición
en esa dura batalla
por cantar el alirón.
Y cuando estaba luchando
por dominar el balón
vio a su lado un compañero
de primera división.
Con el catorce a la espalda
llevaba el mismo color
y gritó con alegría
cuando Sergio marcó el gol.
(Dedicado a Sergio Ibiricu y Alejandro Arribas)
Podéis leer la historia de mi primo Sergio y Arribas aquí: contraportada 16-5-13. Gracias, Arribas.
ÉSE ES MI CHICO!!!! AUPA CAMPEÓN!!!! Que tienes la sonrisa más bonita del mundo y te quiero más que a nada en el mundo. Un millón de besos!!!