Entre anhelos y nostalgias
nos recorrimos Castilla
para llegar hasta Soria,
para respirar la vida.
Regresamos a Madrid
con el saxofón de Ulises,
con delirios de grandeza
que nos hicieron felices.
Acariciamos las rosas,
bailamos el cha-cha-chá
y sentimos el calor
del amor en un bar.
Es una barbaridad
su combinación de letras
y su fusión del pop-rock,
pasodoble y tarantela.
Porque lo que no está escrito
tiene cabida en su arte,
hasta llegar a plantar
castillos en el aire.
(Dedicado a Jaime Urrutia)